Feliz Día Internacional del Té
La historia fascinante del té en el Perú se sigue escribiendo con el aporte de un puñado de productores, las tías del té (la cofadría del té) y un grupo de loc@s del té que hacen y harán que los esfuerzos de productores, sommeliers, catadores, industrializadores, empresarios relacionados y demás actores involucrados en la cadena, pongan en valor a esta bebida y la lleven a su sostenibilidad.
El té llega desde Japón a Perú en 1913 y fue sembrada en la hacienda Huyro para luego ser sembrada en los bosques nublados de la vertiente occidental de los andes en un ecosistema conocido como Yungas. El cultivo no solo se adaptó a las condiciones de tierra y clima locales sino también que la cultura andina la abrazó criandola en la chakra y haciéndola parte de la cultura. Se han generado términos para referirse a tipos de cosecha, herramientas y formas únicas de tomar el té.
Hoy en el Perú, se le cultiva y procesa en Huayopata (Cusco) y Río Azúl (Huánuco); y existen plantaciones en abandono en Pilcopata (Cusco), Sandia (Puno), La Merced (Junín), Moyobamba (San Martín), y junto a amantes del té estamos haciendo pequeñas plantaciones en Oxapampa (Pasco) y Villa Rica (Pasco), Progreso (San Martín), Chachapoyas (Amazonas) y San Ramón (Junín).
El Día Internacional del Té es una oportunidad para reconocer la importancia de esta bebida y reflexionar sobre cómo mejorar la industria del té en el Perú. Nuestro país tiene todo para consolidarse como un productor de té de calidad a nivel mundial pero es necesario que se invierta en investigación, promoción del consumo interno, exportación y en el fortalecimiento de las organizaciones de productores.
Salud
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